Familias campesinas son aliadas para la conservación de
las abejas nativas sin aguijón en Chinácota, Pamplonita y Durania
Comunmente llamadas angelitas, las abejas meliponas están en riesgo de desaparecer, por ello se está impulsando la reproducción de esta especie, no sólo en las zonas rurales de Norte de Santander, sino en el área urbana, pues es un tipo de apicultura que se puede realizar sin riesgos y en jardines caseros. Este es un proyecto de Corponor y la fundación Bioentorno.
Cúcuta, 22 de agosto de 2023
La conservación de las abejas meliponas (Tetragonisca angustula) une a Corponor y a la Fundación Bioentorno, que vienen liderando un proyecto en Norte de Santander, de la mano con las familias campesinas de los municipios de Chinácota, Pamplonita y Durania. En estos municipios se les entregaron 18 colmenas a 9 familias beneficiarias, cuyo espíritu de conservación de la biodiversidad ha permitido que estos valiosos polinizadores nativos se preserven en el territorio.
Para analizar como avanza la ejecución del proyecto en estos municipios, un equipo técnico y humano de ambas entidades hicieron un recorrido por las fincas de los beneficiarios. De acuerdo con Yovany Bermonth Galvis, profesional de la Subdirección de Planeación y Fronteras, adscrito a la Oficina de Gestión de Proyectos de Corponor, “la importancia de este proyecto radica en la protección de la Abeja Nativa Sin Aguijón (ANSA), debido a que se encuentra amenazada y cumple una función vital como servicio ecosistémico de polinización. Es una especie poco conocida por las personas, por lo regular están en los bosques, en los troncos, ahora llegan cerca de las casas y no se les debe aplicar o eliminar con insecticidas”.
Además de los beneficios ambientales de las abejas meliponas, también está su producción de miel. La misma tiene beneficios medicinales, siendo usada por sus propiedades curativas en la elaboración de gotas oftalmológicas, en productos para el cuidado de la piel, y su sabor exquisito se lleva a la mesa gracias a su uso en la gastronomia.
En relación con el proyecto, Adriana Miranda, Coordinadora Nacional de la Fundación Bioentorno, manifestó que “esta es una investigación que permite a las instituciones y a las comunidades, fortalecer el desarrollo sostenible de la región a través de acciones de mitigación de impacto. Agradecemos a la Corporación ser un aliado estratégico para llegar a las comunidades con apuestas productivas que contribuyen a la sostenibilidad ambiental”.
De acuerdo con Miranda, el proyecto ha sido exitoso gracias a la responsabilidad de los beneficiarios, quienes se han preocupado por tener los meliponarios en espacios estratégicos, pues están rodeados de cultivos de aromáticas y plantas que favorecen la reproducción de la especie, lo que permitirá que pronto ellos puedan entregar nuevas colmenas a más asociados de la zona.
Una de las beneficiarias es Miriam Flórez Barajas, de la vereda San Rafael, en el municipio de Pamplonita, para ella esta especie no sólo es importante para la producción de miel, sino para dejar un planeta sostenible a las futuras generaciones. “Cada día tenemos que encaminarnos hacía esos animalitos, porque ellos son los defensores, son los polinizadores que tenemos que cuidar, porque si queremos dejarles un gran planeta a nuestros hijos debemos empezar a reformarlo”.
La gestión que realizó Corponor para materializar este proyecto, fue importante, pues se logró la capacitación de los beneficiarios, y la entrega de los meliponarios, que a la fecha ya están al punto de producción. Ignacio Silva, representante legal de la Asociación de Apicultores de Pamplonita, expresó que es “interesante que la Corporación siga implementando este proyecto de meliponas e igualmente impulsar proyectos de apicultura como tal, que son muy viables y amigables con el medio ambiente”.
En concepto de Bermonth “para Corponor es muy importante este tipo de Proyectos, y la meta es poder continuar en otras comunidades y municipios del departamento, no sólo en la zona rural, sino expandirlo hacía el área urbana”.
Los proyectos de meliponas los pueden trabajar niños desde los 5 años en adelante, además se pueden establecer en zonas urbanas, semiurbanas con jardines o huertas caseras. Al emprender con este proyecto, se contribuye a la sostenibilidad del ecosistema y a la protección de esta especie amenazada.